Bolsas de plástico, algodón y papel. Pros y contras

Bolsas de plástico, algodón y papel. Pros y contras

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Foto de Sandra Morante

Tal y como hablamos en nuestro anterior post, el impacto de una bolsa de plástico va mucho más allá de lo que podemos llegar a imaginar.

Y es a partir de aquí donde nos pueden surgir algunas dudas a la hora de escoger el material ideal de uno de los elementos más usados a la hora de ir a la compra. ¿Son las bolsas de papel más sostenibles que las de plástico? ¿Qué hay de las de algodón?

Un informe publicado a principios de este año por el Ministerio de Medio Ambiente y Alimentación de Dinamarca decía que las bolsas de plástico son “mejores” para el medio ambiente que las bolsas de papel o incluso las de algodón orgánico (estas últimas catalogadas como las peores en cuanto a huella ambiental ya que necesitan mucha más tierra y agua para cultivarse).

Otro estudio encargado por el Informe de Estudio de la Agencia de Medio Ambiente del Gobierno del Reino Unido en 2011 y un informe escocés de 2005, entre otros, también llegaban a la misma conclusión: las bolsas de HDPE (polietileno de alta densidad, las llamadas bolsas de plástico para supermercados) tienen una baja huella de carbono. Pero ¿qué significa eso?

Significa que la fabricación de bolsas de plástico requiere menos recursos que las bolsas de papel o las bolsas de algodón. También son, con mucho, las menos costosas. Además, cuando se reutilizan, su huella de carbono se reduce aún más. Entonces, ¿todo lo leído acerca del impacto de las bolsas de plástico es menos grave y por ende, las deberíamos usar más?

No tan rápido. En primer lugar, estos estudios llamados «evaluaciones del ciclo de vida» (Life Cycle Assessment) han de cogerse con pinzas. La investigación danesa analiza diferentes tipos de bolsas de compras a través de todos sus ciclos: desde la extracción de la materia prima necesaria para hacer la bolsa hasta la forma en que se usan y luego se desechan. Luego determina cuánto de «amigable es con el medio ambiente» cada bolsa en varias categorías de impacto, como el cambio climático, la toxicidad y el uso del agua.

A primera vista las bolsas de plástico pueden parecer la solución más benigna. Sin embargo, para que los niveles promedio de huella de carbono sean realmente inferiores después de la producción, necesitamos ver cuántas veces se pueden reutilizar las bolsas. Y aquí es cuando las cosas se complican porque realmente depende de cuántas veces las personas decidan usarlas nuevamente y de cuánto cuidadosamente se las arreglen para deshacerse de ellas una vez que su vida útil haya terminado.

Otra de las cosas importantes que que se echa en falta en este informe es el terrible impacto de las bolsas de plástico en los océanos y en la vida marina siendo casi seguramente las peores, ya que no se descomponen en una escala de tiempo significativa para la vida humana o animal.

Entonces, aunque las bolsas de plástico tienen una huella de carbono más baja hasta que se producen, eso cambia rápidamente cuando tenemos en cuenta su reutilización y eliminación.

Bolsas de algodón: ¿cuánto de sostenibles son?

Una de las grandes ventajas de las bolsas de algodón es que pueden ser utilizadas infinidad de veces ya que si cuidamos bien de ellas, son un elemento resistente que nos durará en el tiempo, ayudando a la reducción de las bolsas de un solo uso.

Eso sí, para poder cancelar el impacto inicial de carbono de este tipo de bolsas en comparación las de plástico, deberíamos utilizarlas una media de entre 130 y 140 veces. Esto es porque el cultivo de algodón supone un gasto mayor de agua (tanto si es orgánico como si no) que las de plástico.

Por otra parte, la infraestructura existente para reciclar este tipo de material textil es escasa por lo que lo hace un producto difícil de de degradar.

Así que lo mejor es que si ya tienes una de ellas y quieres aumentar su durabilidad y vida útil, lávalas de tanto en tanto con un jabón suave a 30°C para evitar dañar la tela y evitar que se deshilache.

¿Qué hay acerca de las bolsas de papel?

Hacer una bolsa de papel requiere más energía y agua que hacer una bolsa de plástico, por lo que para otras consideraciones ambientales además de la basura, los productos de papel pueden ser peores que los de plástico.

Para absorber su huella ambiental, deben ser reutilizadas al menos 4 veces. Esto no solo incluye las emisiones de carbono, sino también el consumo de agua necesario para la fabricación y el uso de fertilizantes para el crecimiento de la materia prima. En el caso del papel, una bolsa necesita 4 veces más agua que una bolsa de plástico y el transporte de la materia prima, desde el bosque hasta el consumidor, tiene también costosas implicaciones ambientales en forma de emisiones.

Aunque no es tan resistente como el plástico o el algodón, el lado “positivo” es que es fácilmente compostable, por lo que se puede agregar a casi cualquier contenedor de compostaje convirtiéndose en fertilizante útil. El papel también se recicla ampliamente, lo que definitivamente es un punto a favor.

Bolseta, bolsa reutilizable, sostenible y de proximidad

¿Qué es más sostenible entonces: bolsas de plástico, algodón o papel?

La respuesta es… depende de la fuente de fabricación y por cuanto tiempo se van a utilizar. En general, las opciones reutilizables son mucho mejores ya que una vez usadas durante un período de tiempo concreto, neutralizan su impacto sobre el medio ambiente.

La durabilidad también es un elemento esencial a tener en cuenta: ¿qué tan resistente es la bolsa que se escoge? ¿Cuántas veces se puede usar sin romperse o rasgarse?

El consejo más simple ante esta elección complicada sería quedarse con la reutilización de las bolsas que ya tienes tantas veces como sea posible. El día que necesites una bolsa, ten en cuenta todo lo mencionado anteriormente y busca siempre la durabilidad reutilizable.

Lo dicho, cuanto más reutilices una bolsa, menor será su impacto ambiental.

2 Comments
  • Patri

    15 julio, 2020 at 10:38 Responder

    ¡Hola chicas!

    Qué entrada más interesante. A mí lo que me llama la atención del estudio danés es que no evalúe el impacto ambiental de las bolsas de plástico en el medio ambiente. Según ellos porque eso es debido a comportamientos incívicos que no se pueden normalizar. Es como si sacan de las estadísticas de accidentes de tráfico a los causados por conductorxs borrachxs o por saltarse las normas de seguridad vial. Eso sería completamente inconcebible pero en temas medioambientales sí es factible meter debajo de la alfombra lo que nos incomoda y difundir a bombo y platillo que las bolsas de plástico son lo mejor que le ha pasado al medio ambiente.

    En fin, gracias por el artículo tan documentado.

    ¡Un abrazo!

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